sábado, 30 de noviembre de 2019
Conoce tu valor!
Un padre antes de morir le dijo a su hijo: "éste es un reloj que tu abuelo me dio, y tiene más de 200 años. Pero antes de que te lo entregue, te pido que vayas a la relojería del centro, y diles que quieres venderlo, así ves lo mucho que vale."
El hijo fue, luego regresó con su padre y dijo: "el dueño de la relojería me lo paga 5 dólares porque dice que es viejo."
El padre le dijo: "ve a la cafetería y pregúntale al dueño cuánto te dá."
El hijo fue, luego regresó, y dijo: "también me lo paga 5 dólares papá."
"Por último ve al museo y muéstrale ése reloj al director."
Se fue luego regresó, y le dijo a su padre: "me dijo que cuesta un millón de dólares!!!
El padre le dijo: "quería hacerte saber que en el lugar correcto sabrán tu VALOR de una manera correcta. No te pongas en el lugar equivocado, y si lo hacés, no te enojes si no te valoran.
Quien sabe tu valor es quien te aprecia,
no te quedes en un lugar que no te conviene"
Conoce tu valor!
¡¡EL SEÑOR QUE VENDE PAN!!!
La Mujer le preguntó: "¿A cuánto estás vendiendo
el paquete de Pan?"
El Asoleado señor respondió: a $30.00 el paquete con 2 , señora".
Ella le dijo: "Tomaré 5 paquetes por $100.00 o me iré".
El Asoleado señor respondió: a $30.00 el paquete con 2 , señora".
Ella le dijo: "Tomaré 5 paquetes por $100.00 o me iré".
El Señor respondió: "Esta bien señora, llévelos
al precio que usted quiera". Puede ser, que este sea un buen comienzo,
porque hoy no he podido vender ni un solo paquete .
Ella tomó los paquetes de pan ( que eran para su familia
a la cual vería más tarde en una fiesta de traje) y se fue sintiendo que había
ganado. Se subió a su automóvil y se fue a un elegante restaurante con una
amiga.
Allí, ella y su amiga, ordenaron de la carta, lo que más
les gustaba. Comieron un poco y dejaron mucho de lo que ordenaron. Luego ella
fue a pagar la cuenta.
La cuenta le salió $610.00 Ella dio $700.00 y le pidió al dueño del restaurante que se quedara con el cambio.
La cuenta le salió $610.00 Ella dio $700.00 y le pidió al dueño del restaurante que se quedara con el cambio.
Este
incidente podría haber parecido bastante normal para el propietario pero, muy
doloroso para el pobre y agotado vendedor de pan.
La cuestión
es:
¿Por qué siempre demostramos que tenemos el poder cuando compramos a los necesitados?
¿Por qué siempre demostramos que tenemos el poder cuando compramos a los necesitados?
¿Y por qué
somos tan generosos con aquellos que ni siquiera necesitan nuestra generosidad?
¿Por qué
nos gusta tanto vivir de las apariencias?
"Mi padre solía comprar productos simples a los
pobres a precios altos, aunque no los necesitaba. A veces solía pagarles más.
Me preocupé por este acto y le pregunté por qué lo hacía. Entonces mi padre respondió: "Es una caridad envuelta en dignidad, hijo mío"
Me preocupé por este acto y le pregunté por qué lo hacía. Entonces mi padre respondió: "Es una caridad envuelta en dignidad, hijo mío"
Sé que la mayoría de ustedes no compartirán este
mensaje, pero si sienten que la gente necesita ver esto, difúndanlo.
lunes, 14 de octubre de 2019
Conformismo? Incapacidad? o miedo al fracaso?
La rana y el agua hirviendo..
Se trata esta de una conocidísima fábula para mostrar nuestra dificultad de adaptación a los cambios incrementales; aquellos que no son súbitos.
Ponga una rana en un recipiente lleno de agua y comience a calentar el agua.
A medida que la temperatura del agua empieza a subir, la rana ajusta su temperatura corporal en consecuencia.
La rana se mantiene ajustando su temperatura corporal con el aumento de la temperatura del agua.
Justo cuando el agua está a punto de alcanzar el punto de ebullición, la rana no puede ajustar más.
En este punto la rana se decide a saltar.
La rana trata de saltar, pero es incapaz de hacerlo, ya que ha perdido toda su fuerza ajustando la temperatura corporal.
Muy pronto la rana muere.
¿Qué mató a la rana?
¡Piensa en eso!
Sé que muchos van a decir que el agua hirviendo.
Pero la verdad, sobre lo que mató a la rana fue su propia incapacidad para decidir cuándo saltar.
Todos nos tenemos que ajustar, con la gente y las situaciones, pero tenemos que estar seguros cuándo tenemos que ajustar y cuándo tenemos que seguir adelante o cuándo saltar.
Hay momentos en los que necesitamos hacer frente a la situación y tomar las acciones apropiadas, antes de que estemos incapacitados para saltar.
Si permitimos que la gente nos explote física, emocional, financiera, espiritual o mentalmente continuarán haciéndolo.
Permanecemos en un empleo a pesar de que nos limiten nuestras responsabilidades, posibilidades de aprendizaje, de promoción o de satisfacción.
Personas que nunca aceptarían un empleo con esas características, se aferran a él a pesar de que, poco a poco, de modo progresivo, van entrando en una situación como la descrita.
Personas que nunca aceptarían un empleo con esas características, se aferran a él a pesar de que, poco a poco, de modo progresivo, van entrando en una situación como la descrita.
Conformismo? Incapacidad? o miedo al fracaso?
¡Decidamos cuándo saltar!
Nadie va a saltar por nosotros...
Vamos a saltar mientras tengamos la fuerza.
jueves, 26 de septiembre de 2019
Es muy fácil dar cuando nos sobra...
Alguien le preguntó al hombre más rico del mundo, Bill Gates: "¿Hay
alguien más rico que tú en el mundo?"
Bill
Gates respondió: "Sí, hay una persona que es más rica que yo".
Luego
narró una historia.
Fue
durante el tiempo en que no era rico ni famoso. Estaba en el aeropuerto de
Nueva York cuando ví a un vendedor de periódicos. Quería comprar un periódico,
y al tenerlo en mis manos descubrí que no tenía suficiente cambio. Entonces
dejé la idea de comprar y se lo devolví al vendedor. Le dije que no tenía el cambio.
El
vendedor dijo: "Te estoy dando esto gratis".
Ante su insistencia, tomé el periódico.
Ante su insistencia, tomé el periódico.
Casualmente,
después de 2 a 3 meses, aterricé en el mismo aeropuerto y nuevamente me faltaba
el cambio para un periódico. El vendedor me ofreció el periódico nuevamente. Me
negué y le dije que no podía aceptarlo porque en esa ocasión tampoco tenía un
cambio.
Él dijo:
"Puedes tomarlo, estoy compartiendo esto de mis ganancias, no estaré
perdiendo". Tomé el periódico.
Después
de 19 años me hice famoso y conocido por la gente. De repente me acordé de ese
vendedor. Comencé a buscarlo y después de aproximadamente 1 mes y medio de
búsqueda lo encontré.
Le
pregunté: "¿Me conoces?"
Él dijo: "Sí, eres Bill Gates".
Le pregunté de nuevo: "¿Recuerdas una vez que me diste el periódico gratis?"
El vendedor dijo: “Sí, lo recuerdo, te lo di dos veces".
Le dije: “Quiero pagar la ayuda que me diste esas dos veces. Lo que quieras en tu vida, dime, lo cumpliré".
El vendedor dijo: "Señor, ¿no cree usted que al hacerlo no podrá igualar mi ayuda?"
¿Pregunté por qué?"
Él dijo: “Te ayudé cuando era un pobre vendedor de periódicos y ahora estás tratando de ayudarme cuando te has convertido en el hombre más rico del mundo.
¿Cómo puede tu ayuda igualar la mía?"
Él dijo: "Sí, eres Bill Gates".
Le pregunté de nuevo: "¿Recuerdas una vez que me diste el periódico gratis?"
El vendedor dijo: “Sí, lo recuerdo, te lo di dos veces".
Le dije: “Quiero pagar la ayuda que me diste esas dos veces. Lo que quieras en tu vida, dime, lo cumpliré".
El vendedor dijo: "Señor, ¿no cree usted que al hacerlo no podrá igualar mi ayuda?"
¿Pregunté por qué?"
Él dijo: “Te ayudé cuando era un pobre vendedor de periódicos y ahora estás tratando de ayudarme cuando te has convertido en el hombre más rico del mundo.
¿Cómo puede tu ayuda igualar la mía?"
Ese día
me di cuenta de que el vendedor de periódicos era más rico que yo porque no
esperó para hacerse rico para ayudar a alguien.
La gente necesita entender que los verdaderamente ricos son aquellos que
poseen un corazón rico, en lugar de mucho dinero. Es realmente importante tener
un corazón rico para ayudar a los demás.Pienso que es muy fácil dar cuando nos sobra, lo difícil es estar presentes, aún sin tener mucho para dar.
miércoles, 18 de septiembre de 2019
Cafecito con Memo
"Cafecito con Memo", es el nombre de un programa radial que conduje por tres años en Curagua Stereo 88.7 FM. Con el cual me sentí plenamente identificado por su interesante contenido, aparte de mi pasión por el café.
Según afirma Kent B. Provost, especialista en ciencias sociales y psicología de la Universidad de Argosy (Estados Unidos), disfrutar de una taza de café se ha convertido en un hábito agradable que asociamos con el placer.
El consumo de café puede ayudar a prevenir problemas emocionales, ya que estimula la producción de noradrenalina, serotonina y dopamina, consideradas como las hormonas de la felicidad.
El café es la segunda bebida más consumida en todo el mundo, después del agua.
El café es la segunda bebida más consumida en todo el mundo, después del agua.
domingo, 15 de septiembre de 2019
¿Resiliencia ?
En medio de toda dificultad hay una oportunidad.
El portero del Prostíbulo
Este cuento trata sobre un hombre común. Ese hombre era el portero de un prostíbulo.
No había en aquel pueblo un oficio peor conceptuado y peor pagado que el de portero del prostíbulo... Pero ¿qué otra cosa podría hacer aquel hombre?
De hecho, nunca había aprendido a leer ni a escribir, no tenía ninguna otra actividad ni oficio. En realidad, era su puesto porque su padre había sido el portero de ese prostíbulo y también antes, el padre de su padre. Durante décadas, el prostíbulo se pasaba de padres a hijos y la portería se pasaba de padres a hijos.Un día, el viejo propietario murió y se hizo cargo del prostíbulo un joven con inquietudes, creativo y emprendedor. El joven decidió modernizar el negocio.
Modificó las habitaciones y después citó al personal para darle nuevas instrucciones.
Al portero, le dijo:
- "A partir de hoy, usted, además de estar en la puerta, me va a preparar una planilla semanal. Allí anotará usted la cantidad de parejas que entran día por día. A una de cada cinco, le preguntará cómo fueron atendidas y qué corregirían del lugar. Y una vez por semana, me presentará esa planilla con los comentarios que usted crea convenientes."
El hombre tembló, nunca le había faltado disposición al trabajo pero...
- "Me encantaría satisfacerlo, señor", balbuceó. "Pero yo... yo no sé leer ni escribir."
- "¡Ah! ¡Cuánto lo siento! Como usted comprenderá, yo no puedo pagar a otra persona para que haga estoy y tampoco puedo esperar hasta que usted aprenda a escribir, por lo tanto..."
- "Pero señor, usted no me puede despedir, yo trabajé en esto toda mi vida, también mi padre y mi abuelo..."
No lo dejó terminar.
- "Mire, yo comprendo, pero no puedo hacer nada por usted. Lógicamente le vamos a dar una indemnización, esto es, una cantidad de dinero para que tenga hasta que encuentre otra cosa. Así que, los siento. Que tenga suerte."
Y sin más, se dio vuelta y se fue.
El hombre sintió que el mundo se derrumbaba. Nunca había pensado que podría llegar a encontrarse en esa situación. Llegó a su casa, por primera vez, desocupado. ¿Qué hacer?
Recordó que a veces en el prostíbulo cuando se rompía una cama o se arruinaba una pata de un ropero, él, con un martillo y clavos se las ingeniaba para hacer un arreglo sencillo y provisorio. Pensó que esta podría ser una ocupación transitoria hasta que alguien le ofreciera un empleo.
Buscó por toda la casa las herramientas que necesitaba, sólo tenía unos clavos oxidados y una tenaza mellada. Tenía que comprar una caja de herramientas completa. Para eso usaría una parte del dinero que había recibido.
En la esquina de su casa se enteró de que en su pueblo no había una ferretería, y que debería viajar dos días en mula para ir al pueblo más cercano a realizar la compra. ¿Qué más da? Pensó, y emprendió la marcha. A su regreso, traía una hermosa y completa caja de herramientas. No había terminado de quitarse las botas cuando llamaron a la puerta de su casa. Era su vecino.
- "Vengo a preguntarle si no tiene un martillo para prestarme."
- "Mire, sí, lo acabo de comprar pero lo necesito para trabajar... como me quedé sin empleo..."
- "Bueno, pero yo se lo devolvería mañana bien temprano."
- "Está bien."
A la mañana siguiente, como había prometido, el vecino tocó la puerta.
- "Mire, yo todavía necesito el martillo. ¿Por qué no me lo vende?"
- "No, yo lo necesito para trabajar y además, la ferretería está a dos días de mula."
- "Hagamos un trato", dijo el vecino. "Yo le pagaré a usted los dos días de ida y los dos días de vuelta, más el precio del martillo, total usted está sin trabajar. ¿Qué le parece?"
Realmente, esto le daba un trabajo por cuatro días... Aceptó. Volvió a montar su mula. Al regreso, otro vecino lo esperaba en la puerta de su casa.
- "Hola, vecino. ¿Usted le vendió un martillo a nuestro amigo?"
- "Sí..."
- "Yo necesito unas herramientas, estoy dispuesto a pagarle sus cuatro días de viaje y una pequeña ganancia por cada herramienta. Usted sabe, no todos podemos disponer de cuatro días para nuestras compras."
El ex–portero abrió su caja de herramientas y su vecino eligió una pinza, un destornillador, un martillo y un cincel. Le pagó y se fue..“...No todos disponemos de cuatro días para hacer compras”, recordaba.
Si esto era cierto, mucha gente podría necesitar que él viajara a traer herramientas.
En el siguiente viaje decidió que arriesgaría un poco del dinero de la indemnización, trayendo más herramientas que las que había vendido. De paso, podría ahorrar algún tiempo en viajes.
La voz empezó a correrse por el barrio y muchos quisieron evitarse el viaje. Una vez por semana, el ahora corredor de herramientas viajaba y compraba lo que necesitaban sus clientes.
Pronto entendió que si pudiera encontrar un lugar donde almacenar las herramientas, podría ahorrar más viajes y ganar más dinero. Alquiló un galpón. Luego le hizo una entrada más cómodo y algunas semanas después con una vidriera, el galpón se transformó en la primera ferretería del pueblo. Todos estaban contentos y compraban en su negocio.
Ya no viajaba, de la ferretería del pueblo vecino le enviaban sus pedidos. Él era un buen cliente.Con el tiempo, todos los compradores de pueblos pequeños más lejanos preferían comprar en su ferretería y ganar dos días de marcha.
Un día se le ocurrió que su amigo, el tornero, podría fabricar para él las cabezas de los martillos. Y luego, ¿por qué no? las tenazas... y las pinzas... y los cinceles. Y luego fueron los clavos y los tornillos...
Para no hacer muy largo el cuento, sucedió que en diez años aquel hombre se transformó con honestidad y trabajo en un millonario fabricante de herramientas. El empresario más poderoso de la región. Tan poderoso era, que un año para la fecha de comienzo de las clases, decidió donar a su pueblo una escuela. Allí se enseñarían además de lectoescritura, las artes y los oficios más prácticos de la época.
El intendente y el alcalde organizaron una gran fiesta de inauguración de la escuela y una importante cena de agasajo para su fundador. A los postres, el alcalde le entregó las llaves de la ciudad y el intendente lo abrazó y le dijo:
- "Es con gran orgullo y gratitud que le pedimos nos conceda el honor de poner su firma en la primera hoja del libro de actas de la nueva escuela."
- "El honor sería para mí", dijo el hombre. "Creo que nada me gustaría más que firmar allí, pero yo no sé leer ni escribir. Yo soy analfabeto."
- "¿Usted?", dijo el intendente, que no alcanzaba a creerlo.
- "¿Usted no sabe leer ni escribir?¿Usted construyó un imperio industrial sin saber leer ni escribir? Estoy asombrado. Me pregunto ¿qué hubiera hecho si hubiera sabido leer y escribir?"
- "Yo se lo puedo contestar", respondió el hombre con calma. "¡Si yo hubiera sabido leer y escribir... sería portero del prostíbulo!."
Suscribirse a:
Entradas (Atom)